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IV. Conclusiones

  • El 2021 fue un año marcado por el desempeño extraordinario mostrado por el sector minero. Debido principalmente al incremento de los precios en los mercados internacionales, la estimación del valor de la producción minera (VPM) alcanzó los S/ 139,716 millones. En consecuencia, la minería lideró la recuperación económica del país luego de la pandemia: el aporte tributario del sector minero fue de S/ 15,294 millones, lo cual representa una cifra récord. A su vez, las transferencias a los gobiernos subnacionales por concepto de canon minero ascendieron a S/ 2,947 millones y las correspondientes a las regalías, a S/ 3,567 millones. El valor de este último representa el mayor registro alcanzado hasta la fecha.
  • El sector hidrocarburífero, que venía arrastrando una crisis debido a los bajos precios del petróleo y al decrecimiento de los niveles de inversión, mostró una leve recuperación a partir de la reactivación de la demanda e incremento de los precios luego de la pandemia. El valor de la producción de los hidrocarburos (VPH) sumó S/ 16,331 millones, mientras que el aporte tributario del sector hidrocarburos fue de S/ 6,226 millones: el mayor registro de los últimos siete años. A su vez, las transferencias a los gobiernos subnacionales a cuenta del canon gasífero sumaron S/ 2,179 millones y las de canon y sobrecanon petrolero fueron de S/ 712 millones.
  • Los pronósticos siguen siendo alentadores para el sector minero peruano. La entrada en operación de los proyectos Quellaveco, de la empresa Angloamerican, y Mina Justa, de Marcobre, presagian la consolidación de Moquegua e Ica como regiones que cobrarán una importancia estratégica. Ambos proyectos, predominantemente cupríferos, incrementarán el volumen de producción nacional en un contexto de precios favorables y —a mediano plazo— se servirán del aumento de la demanda internacional en función del avance de la transición energética. Captarán también cantidades importantes de transferencias por concepto de canon y regalías, que deberán ser gestionadas eficientemente por las autoridades regionales y locales.
  • En contraste, el sector hidrocarburos cuenta con un panorama incierto. La producción viene menguando desde hace una década, especialmente en la selva norte, y la inversión en el desarrollo y exploración de nuevos pozos cayó a niveles mínimos durante el último año, lo cual representa una aceleración de la tendencia observada en años previos. Pese a ello y a la guerra entre Rusia y Ucrania, se espera que se mantengan los precios de los hidrocarburos en niveles elevados”.
  • Es necesario evaluar el desempeño del régimen tributario aplicable sobre el sector minero. De acuerdo a las estimaciones recogidas en este informe, las cotizaciones se mantendrían en valores elevados durante los siguientes años sobre la base de la demanda asociada a la transición energética en curso en las economías desarrolladas y emergentes, que tienen a la electromovilidad y la producción de energía eléctrica por medio de fuentes renovables entre sus principales cambios. En primer lugar, debe considerarse que los instrumentos que componen el régimen tributario minero tienen limitaciones en tanto lograron capturar solo el 11 % de la estimación del valor total de la producción minera el 2021; en comparación, en el sector hidrocarburífero, este porcentaje llegó al 38 %. En segundo lugar, debe considerarse que existen vacíos a nivel normativo que permitirían a las empresas emplear planeamientos tributarios agresivos con el fin de reducir significativamente el pago de impuestos. Ambos aspectos requieren ser atendidos de manera simultánea.